–no contra ti–
🎯(y sentido común)
¿Sabías que entrenar dos veces por semana y comer “sin restricciones” puede ser más efectivo que todo lo que has probado hasta ahora?
Parece raro, lo sé. Pero es justo lo que hacemos aquí.
Mira.
Cuando tenía unos 10 años, mi madre me apuntó a clases de mecanografía.
Ella también lo había hecho. Y su padre —mi abuelo— también la llevó a ella.
Así que allí estaba yo, en una sala estrecha, con pupitres de madera y teclados enormes, viejos, ruidosos.
El profesor Paco —un tipo de pocas palabras y con el ceño siempre fruncido— caminaba entre las mesas mientras se oía lo de siempre:
pop, pop, pop, pop, pop…
Las teclas golpeando sin parar.
Al principio solo practicabas una cosa:
A, S, D, F, G — Ñ, L, K, J, H. Q, W, E, R, T — P, O, I, U, Y …
Una y otra vez.
La clase entera haciendo lo mismo.
Hasta que un día, sin darte cuenta, ya no tenías que pensar.
Te sentabas, te daban un texto, y lo escribías de tirón. Sin mirar.
Como si fuera un conjuro secreto.
Recuerdo que había tres niveles.
Y cada vez que te veían preparado, ibas a examinarte a Madrid.
A un edificio gris, de esos viejos, donde parecía que el tiempo no pasaba.
Ahí te sentaban frente a una máquina de escribir y te cronometraban.
Pulsaciones por minuto.
Como si fuera una especie de atleta de las teclas.
Había un sistema. Y un plan claro.
Y con tu cuerpo pasa igual.
No necesitas rutinas con mil ejercicios inútiles. Ni vivir a dieta.
Solo hacer cuatro cosas básicas y hacerlas bien.
Y sobre todo —y esto es lo que nadie te cuenta— entender qué representan realmente esas teclas que tú necesitas repetir una y otra vez.
Eso es el valor: desmenuzar exactamente lo que tienes que hacer tú hasta convertirlo en una mecánica que funcione incluso cuando no estás motivado.
Por eso funciona.
En vez de exigirte más tiempo (que no tienes), ajustamos las piezas clave sobre el entrenamiento con sentido y un sistema de alimentación flexible que se adapta a tu día a día —no al revés.
¿La clave?
Hacer A, S, D, F, G — Ñ, L, K, J, H. Q, W, E, R, T — P, O, I, U, Y …
Pero con tu cuerpo.
Esto no lo saqué de un libro ni de YouTube. Lo he probado durante muchos años en personas reales, con vidas normales y cero ganas de vivir pegados a una dieta en la nevera ni de convertir el gimnasio en su segundo trabajo.
Pierdes grasa (de verdad, la que no se va ni a tiros), mejoras tu energía diaria y, por fin, notas que tu cuerpo te sigue el ritmo con un físico que empieza a parecerse a esa imagen tuya que siempre tuviste en mente.
Y todo sin renunciar a tu trabajo, tu vida social o las cosas que ya son importantes para ti.
Necesitas saber exactamente qué hacer
Y cómo. Ya que tiene que basarse en 3 PILARES